En el oeste de
Escocia,
la compañía salmonera ‘Marine Biologist & Aquaculture’ trabaja para
hacer de la acuicultura europea una actividad económica más ‘verde’,
eficiente y rentable.
La piscifactoría, situada junto al loch (lago, en escocés) Fyne, cría cada año cerca de 1.000 toneladas de salmón.
Sus trabajadores, biólogos marinos, creen que la acuicultura europea
de hoy en día puede llegar a ser más imaginativa, más rentable, más
eficiente y más sostenible.
Además de salmón, los trabajadores planean recoger este año 150.000 vieiras y 60 toneladas de mejillones.
Es el resultado de un ensayo piloto, una práctica que se conoce como La Acuicultura Multi-Trópica Integrada (
IMTA).
Justo debajo de las jaulas marinas donde se cría el salmón, se crean
otras líneas submarinas para que otras especies de acuicultura puedan
aprovechar los nutrientes dejados por los salmones.
Una situación de la que todos sacan provecho, según los expertos.
“Para el salmón (de piscifactoría) tenemos la esperanza de reducir
la cantidad de fitoplancton, y con el tiempo, aniquilar viejos temas
como los piojos de mar. Pero también confiamos en que esta técnica ayude
a reducir la huella de carbono y sirva para la cria comercial de otras
especies comestibles”, explica David Attwood, director de Marine
Biologist & Aquaculture (la piscifactoría de salmón.)
Otros seis centros pilotos en Europa desarrollan un proyecto europeo
de investigación para determinar cuáles son las condiciones ideales
para la cría alternativa de marisco junto a las piscifactorías
tradicionales. Toda una apuesta en la actualidad, según los científicos.
“Hay un gran desconocimiento en muchos países sobre las especies
aptas para piscifactoría. Y esto es muy importante, porque en el
Mediterráneo, no se dan las mismas condiciones que aquí. En el Mar
Mediterráneo hay menos nutrientes y una combinación de especies muy
variada. Y luego está la cuestión económica, ya que, la cría alternativa
de especies tiene que proporcionar un beneficio al acuicultor. Por
tanto tenemos que asegurarnos de que hay un mercado para las especies
que criamos o
cultivamos nos cuenta Adam Hughes, científico marino y coordinador del proyecto europeo Sams/IDREEM
Un mercado ahora en auge es el de las algas marinas, con múltiples
aplicaciones no sólo en la alimentación, sino también en el sector
farmacéutico.
“Una de las razones por las que las algas que cultivamos aquí crecen
tan bien, es porque son adyacentes a las jaulas de salmón”, asegura
Lars Brunner.
Los científicos toman muestras de algas y otras especies
alternativas y las llevan al laboratorio para determinar las mejores
condiciones de crecimiento junto a las piscifactorías tradicionales.
“Estudiamos su longitud, miramos el peso, y analizamos su desarrollo
en distintos niveles de profundidad para ver si crecen mejor junto a
las jaulas marinas de salmón, o en lugares más alejados. Otros
colaboradores en el proyecto se centran más en la composición de las
algas. ¿Cuáles son las algas más absorventes, y el tipo de nutrientes
que absorven, como por ejemplo, si recogen toxinas de metales pesados.
También analizamos los componentes químicos naturales, y si esos
componentes se están viendo afectados por su proximidad a las
piscifactorías de salmón, añade Lars Brunner.
Con estos análisis, los investigadores esperan determinar con
precisión cuál es el uso práctico más óptimo de esta nueva técnica, así
como su impacto real en el medio ambiente y la salud animal.
Sólo entonces se podrá mirar al futuro de un mercado tan prometedor, dicen.
“Hay una necesidad real para que la industria de la acuicultura
europea crezca, ya que se ha estancado. La demanda de marisco va en
aumento al tiempo que crece el mercado global. Por tanto esta nueva
forma de ver la acuicultura puede ser una de las herramientas que
permita su expansión, mediante la diversificación de una industria que
no sólo se ocupe del pescado tradicional, y con la creación de nuevos
puestos de trabajo, nuevas oportunidades y productos novedosos”, opina
el biólogo marino Adam Hughes.
Las piscifactorías generan aproximadamente el 50 por ciento del pescado y marisco que se consume en todo el mundo.
Pero sólo Asia y Canadá, desarrollan en la actualidad esta práctica de la acuicultura