Repartir paquetes durante la cuarentena: ropa, animales y patinetes
José Luis, repartidor en Valencia, trabaja 12 horas al día para hacer hasta 80 entregas por jornada. Asegura que la gran mayoría de los productos no son de primera necesidad
Este jueves conocimos que en Francia, por decisión judicial, Amazon solo podrá repartir alimentos, productos médicos y de higiene. En nuestro país, la lista de actividades esenciales elaborada por el Gobierno incluye a los trabajadores que se encargan de la “distribución y entrega de productos adquiridos en el comercio por internet, telefónico o correspondencia”, pero no especifica el requisito de que esos productos sean de primera necesidad. La consecuencia: los repartidores no solo no han dejado de trabajar durante la pandemia, además trabajan más que nunca. "Como si todos los días fueran Black friday", asegura José Luis, repartidor de paquetería en Valencia.
Él trabaja para una pequeña empresa de Valencia, que a su vez presta servicio a una de las grandes compañías de reparto de paquetería a nivel mundial. Cuando se aprobó el estado de alarma, en un primer momento, le despidieron del trabajo porque creyeron que el nivel de envíos descendería drásticamente. Nada más lejos de la realidad. A los pocos días volvió a su puesto por la demanda de repartidores que se produjo, y no ha dejado de entregar paquetes en jornadas de 12 horas. Hasta 80 al día, sin contar las ausencias en el domicilio (que las hay), ni el servicio de recogida de paquetes que también efectúan. "Yo sólo llevo cuatro días destinado en esta zona y todavía no la conozco muy bien. Los compañeros que llevan más tiempo llegan a repartir 130 paquetes al días".
"Me impacta que la gente saga a aplaudir a los balcones, pero a la vez están en casa y compran todo lo que les apetece". Sin ir más lejos, el ya citado comprador del patinete le reconoció que no iba a usarlo para ir a trabajar, sino que lo encontró de oferta. José Luis, en cualquier caso, diferencia entre unos productos y otros. Y reivindica su trabajo como esencial, pero pide "que la gente no compre tontadas". La consecuencia, advierte, será dejar de lado otras entregas más importantes. "Nosotros también llevamos muchos productos de farmacia, medicamentos; o de informática, para la gente del teletrabajo; documentación bancaria; e incluso comida".
Los protocolos de entrega también han cambiado. "Obviamente no podemos entregar en mano [ni pedir la firma] y la gente tiene que bajar a por los paquetes", explica. Este proceso también le ha costado alguna polémica: "Una señora me dijo que no podía bajar porque estaba cuidando a una mujer de 80 años y le dije que mi madre también tenía esa edad y estaba en mi casa con mis dos hijos mientras yo repartía el paquete. Pido un poquito de empatía. Yo también tengo madre y también la tengo que cuidar".
Tras atender en directo a A vivir, José Luis sigue trabajando en esta jornada laboral de sábado. Lo hará igual el lunes, festivo en Valencia. Siempre le quedarán los domingos, su día libre. "Le he dicho al jefe que para el domingo me deje un par de cajitas más para no sentirme raro", bromea este trabajador "esencial" antes de volver a su desempeño.
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