Entierro de la Sardina: «Adiós a don Carnal y bienvenida a doña Cuaresma»
Día 12/02/2013
Descubrimos el significado de esta tradición en la que, con el fuego, la fiesta y el desenfreno dejan paso a la abstinencia
El entierro de la sardina es una ceremonia con la que se
anuncia el fin del Carnaval en diversos puntos de España. Los entierros
suelen consistir en un desfile que parodia un cortejo fúnebre y
finaliza con la quema de alguna figura simbólica, generalmente
representando a una sardina. El entierro de la sardina se celebra
tradicionalmente el miércoles de Ceniza y en él se entierra simbólicamente al pasado, a lo socialmente establecido, para que puedan renacer con mayor fuerza, para que surja una nueva sociedad transformada.
El Miércoles de Ceniza es el primer día de la Cuaresma
en los calendarios litúrgicos católico, protestante, y anglicano. Se
celebra cuarenta días antes del inicio de Semana Santa, es decir, del
Domingo de Ramos. La ceniza es elaborada o extraída de los Ramos
Benditos de la Semana Santa anterior, es decir, los del Domingo de
Ramos, estos se incineran y de ahí sale la Santa Ceniza.
Pero para entender mejor el significado de este «entierro
de la sardina» tenemos que buscar los orígenes del «Carnaval». Y según
muchos historiadores,
estos nos llevan hasta Egipto. La fiesta consistía en una serie de
bailes y cánticos en la que los participantes usaban máscaras y
disfraces como símbolo de la «inexistencia de clases sociales».
Más tarde esta tradición llegó a la Grecia del siglo VI antes de Cristo.
Eso sí, algo transformada. La nueva costumbre consistía en pasear un
barco con ruedas (carrus navalis) por las calles, mientras el público
asistente bailaba todo tipo de danzas. De aquí llegó a Roma, tras una
nueva transformación. El carro se dedicó a la diosa egipcia Isis, que propagaba el culto a los celtas y germanos. Las Saturnales
eran una fiesta que los romanos celebraban cada 17 de diciembre. En
ellas se elegía, normalmente por sorteo, una especie de rey de los
jóvenes que ejercía su autoridad aquel día sobre sus compañeros. Y se
practicaban otros ritos de inversión, como el de que los siervos se equiparasen aquel día con los amos.
Todas estas ceremonias tenían un punto en común. Estaban asociadas a fenómenos espirituales,
astronómicos y a ciclos naturales y se manifestaban a través de
expresiones como la danza, los cánticos, la sátira, las máscaras, y el
desorden.
En una sociedad con tantas diferencias sociales, las fiestas suplían la necesidad de libertad para todos. Ricos y pobres se mezclaban durante el carnaval sin reconocerse bajo la tela del disfraz.
Este desenfreno, baile y diversión sin medida, en un
principio no fue visto con buenos ojos por la Iglesia, que consideraba
el carnaval demasiado «permisivo a las emociones, placeres y deseos de la gente».
Esta celebración representaba el desorden, lo prohibido.
Pero aún así, el carnaval seguía, y la Iglesia, al ver que era imposible
impedir el Carnaval, acabó adoptando oficialmente la fiesta, en 590 d. C., pasándolo oficialmente a programarlo en su calendario.
Y como «tras la tempestad viene la calma», es así cómo nos
encontramos con «el entierro de la sardina», tras el cual el desenfreno
deja paso a una época más recatada. Es a partir del primer miércoles
después del carnaval, llamado «miércoles de ceniza», y que da inicio a
la Cuaresma, es un período en el que se debería abstenerse de todo tipo de placeres como la carne, el huevo, el sexo y la diversión en general.
Con el «entierro de la sardina» el desenfreno y los
sentimientos de liberación que surgen en la fiestade Carnaval se hacen
pasar por la hoguera. De este modo se arregla «la situación» y vuelve el
«orden natural».
Tomando el fuego como símbolo de liberación y regeneración. se intenta
invitar al pueblo a una reflexión colectiva, en definitiva es una
llamada al orden.
El «entierro de la sardina» es por lo tanto la expresión
simbólica de lo ocurrido, del pasado, que va a ser enterrado. Con lo que
hay que destruirlo, eliminarlo, echarle tierra y así pueda renacer con una mayor fuerza, de esta manera surgirá una sociedad nueva ya transformada.
Esta celebración es una manera de despedir el carnaval. En la historia se pretendía que debía enterrar todos los vicios de esta época para entrar en cuaresma que significa un momento de austeridad y más tranquilidad.
Se hace usualmente un desfile bastante teatral y fúnebre donde todos deben estar tristes porque las sardinas han muerto y deben ser enterradas.
Muchas fiestas españolas terminan
con ceremonias similares a los entierros de la sardina en las que se
quema o maltrata una figura simbólica que representa los vicios y el
desenfreno que afloraron durante la fiesta.
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