martes, 14 de junio de 2016

Clima, historia y futuro

Clima, historia y futuro

El cambio climático ha sido una fuerza constante en la historia de la humanidad, aunque parece que lo hemos olvidado

Un grupo de trabajadores rurales junto a un embalse en India.
Soy historiador y (DEDICAR) __________________ mucho tiempo a reflexionar sobre la trayectoria del clima y las sociedades humanas en el pasado, el presente y el futuro. En gran medida, el cambio climático es una fuerza constante en la historia de la humanidad, a pesar de que recientemente, durante el último siglo, lo (OLVIDAR, NOSOTROS)__________________. 

La humanidad es literalmente un producto del estrés climático: durante los últimos 20 millones de años, oleadas de estrés climático impulsaron el aumento de nuevas especies de primates y protohumanos. La humanidad tal y como la conocemos surgió del calor abrasador de una gigantesca sequía en el este de África hace unos 200.000 años. Los climas altamente variables del último periodo glacial definieron el futuro de los neandertales y los modernos humanos en toda Eurasia; el repentino calentamiento de hace 12.000 años fomentó la revolución agrícola de algunas sociedades. La historia de las sociedades globales hasta el comienzo de la revolución industrial fue en última instancia determinada por un cálido clima posglacial, pero las poblaciones más numerosas que dependían de una agricultura débil  sufrieron también con variaciones relativamente moderadas del clima.

En verano de 2015 gran parte de Europa padeció una ola de calor que batió récords. Si bien es posible que este verano no se alcancen los mismos niveles en Europa, el tiempo cálido ya (PROVOCAR) __________________ incendios catastróficos en Canadá y una ola de calor en India y el sureste asiático. En parte esto (DEBERSE) __________________ a El Niño, un fenómeno cíclico resultado del calentamiento del océano Pacífico, y remitirá cuando el ciclo decaiga. Pero el año pasado (MARCAR) __________________ el tercer máximo súper El Niño desde 1983. El Niño tuvo algo que ver con las temperaturas globales en 2015, pero se superó la marca de 2014, así que forma parte de un aumento constante de las temperaturas desde comienzos de los sesenta. El calentamiento global es real y está aquí. Empezamos a tener claras las consecuencias: aumento del nivel del mar, tormentas oceánicas más intensas, acidificación de los arrecifes de coral. A medida que la temperatura aumenta, se ensanchan los trópicos, desplazando ecosistemas estacionales y creando nuevos e intensos patrones de lluvia y sequía.


¿Dónde estamos? Un panel internacional de geólogos nos dirá en unos meses si hay pruebas suficientes para declarar una nueva era geológica: el antropoceno. Las pruebas se amontonan: extinción de flora y fauna, micropartículas de plástico y aluminio en sedimentos oceánicos, depósitos masivos de nitrógeno y fósforo de uso agrícola que alteran los ciclos químicos básicos, los indicios radiactivos de las detonaciones de bombas nucleares desde 1945 hasta el final de las pruebas atómicas de superficie en los años sesenta y, por supuesto, el dióxido de carbono. Cuando yo era niño, en los años cincuenta, el CO2 en la atmósfera se medía en 315 partes por millón (ppm), superando las 280 ppm, la media aproximada a lo largo de los últimos 5.000 años. En el invierno de 2013 a 2014 llegó a las 400 ppm y (CRECER) __________________ desde entonces. Los geólogos tienen razones fundadas para fechar el antropoceno alrededor de 1945.
¿Qué sucede? Hubo una época en que éramos menos, subsistíamos a duras penas trabajando la tierra y moríamos tras una vida ardua y breve; pero no causábamos un daño grave o permanente al mundo que nos rodeaba. Ahora somos aproximadamente 7.400 millones; muchos, aunque no la mayoría, viven vidas radicalmente más fáciles y largas; pero (DAÑAR, NOSOTROS) __________________  seriamente la integridad y resistencia del sistema natural de la Tierra.

La vida continuará, pero va a ser más difícil, mucho más para algunos. En España el clima se volverá más caluroso y seco. El sur sufrirá condiciones mucho más áridas y el norte tendrá un clima mediterráneo seco.  El calentamiento no traerá enfermedades tropicales, a diferencia de lo que sucede en el Caribe, América Central y el sur de Estados Unidos, donde existe una preocupación muy real sobre la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue, la malaria y actualmente el zika.
España se volverá muy seca. Sus vecinos del sur y del este ya sufren los profundos efectos de una sequía provocada por el cambio climático. Estas sequías ya han generado conflictos y huidas a lo largo de un arco que va desde el oeste de África hasta Afganistán, y ya han jugado un papel en la guerra y revolución de Egipto y Siria; es un factor de fondo en la ola de emigración. De los 32 países en el mundo que se enfrentan a la mayor escasez de agua en 2040, 29 se encuentran en ese arco. España es el número 33. La escasez de agua ya es un poderoso factor en la política mundial.

Tenemos grandes capacidades; sabemos mucho más sobre el mundo que nos rodea que cuando empezamos a quemar carbón. La tecnología que podría cambiar las condiciones de la especie humana está siendo desarrollada, en lo que podría ser el comienzo de una gran transición que se desarrollaría en las próximas décadas. Necesitamos seguir movilizando la política mundial para garantizar ese resultado. No nos llevará a una situación estable de perfecta utopía, pero sí conseguirá que el mundo de nuestros nietos tenga continuidad con el nuestro.

John L. Brooke es historiador, profesor de la Universidad de Ohio y autor de Climate Change and the Course of Global History: A Rough Journey (Cambridge University Press)
Traducción de Germán Ponte

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